El hombre la mira a los ojos y, sin hacer caso, le coge la bolsa, sonríe y, con una alegría contagiosa comienza a andar hacia la parada de taxis que les trasladaría al hotel contratado. El marido, como si nada, comenta con el nativo el clima, los horarios de los barcos de recreo, excursiones, etc…Subieron a uno de los taxis. El conductor tararea una melodía moderna. La mujer se va tranquilizando al contemplar lo que van viendo sus ojos. Gente, sobre todo niños, saludan agitando sus manos y sonriendo. Al bajar del taxi y ver la expresión de felicidad del marido, piensa que todo está en orden. Respira profundamente. Esta vez, la mezcla de olores trae sensaciones serenas. Supo que estaba donde debía estar.
miércoles, 14 de agosto de 2013
Miedos irracionales
El hombre la mira a los ojos y, sin hacer caso, le coge la bolsa, sonríe y, con una alegría contagiosa comienza a andar hacia la parada de taxis que les trasladaría al hotel contratado. El marido, como si nada, comenta con el nativo el clima, los horarios de los barcos de recreo, excursiones, etc…Subieron a uno de los taxis. El conductor tararea una melodía moderna. La mujer se va tranquilizando al contemplar lo que van viendo sus ojos. Gente, sobre todo niños, saludan agitando sus manos y sonriendo. Al bajar del taxi y ver la expresión de felicidad del marido, piensa que todo está en orden. Respira profundamente. Esta vez, la mezcla de olores trae sensaciones serenas. Supo que estaba donde debía estar.
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