martes, 25 de julio de 2017

Las mejores compañías

   Crecimos muchos de nosotros leyendo tebeos.En mi caso,cuentos de hadas,vidas ejemplares,alguna novela de Corín Tellado...Cuando no había nada nuevo que llevarme a los ojos,hasta alguna de Marcial Lafuente Estefanía,todo esto a escondidas de mis padres,claro,porque ellos no solían leer este tipo de literatura...¡ y yo era muy pequeña,por supuesto!
   Mi padre era un narrador tan bueno,que solo sus anécdotas nos servían de libro. Se hacía mucha tertulia literaria en casa: "Margarita,está linda la mar.El viento lleva esencia sutil de azahar..."El libro por excelencia se llamaba "La hoja Literaria" y, de repente,desapareció de mi casa (mi madre murió con la pena de no haberla vuelto a ver  por ningún sitio y eso que estuvimos indagando...)
   No eran maestros,pero daban clase.Mi padre por las tardes-noche a chicos mayores y mi madre a niños y niñas pequeños durante el día.Cobraban de dos a siete pesetas...de vez en cuando.
   Por supuesto,no todo era tan maravilloso.La mayor discrepancia  entre ellos era "Vamos a misa"(mi madre) "¿A qué rayos van a misa?" (mi padre)
   Iba a misa casi siempre(en un pueblo es lo que había) y me pasaba el momento jugando,mirando las caras de los santos...sobre todo durante las Semanas Santas,cruzándonos debajo de los tronos y rozándonos con aquellos telajes que picaban,raspaban y ponían la piel de gallina porque nos decíamos que eran San Juan,la Dolorosa,el Cristo crucificado,etc que nos castigaban.¡La de pesadillas que nos asaltaban por las noches,por Dios!
  Crecimos muchos y muchas de mi generación con tantas carencias físicas como sicológicas, pero debo reconocer que nunca tuvimos TDAH,ni traumas ,al menos mi entorno y yo.El temor de Dios se diluía con el Capitán Trueno,el Jabato,Santa Teresa de Jesús...
   Sí iba a misa.Escuchaba al sacerdote...como quien oía  llover,porque no nos enterábamos de nada.Aquellas voces que,desde el púlpito ganaban en decibelios,despertándonos con el grito estridente de algo que no era de su agrado...
   Aquello era la vida,hasta que, a los doce años, por casualidad,descubrí un libro y con él se me abrió el mundo.
   De tapas negras,muy grueso,ni sé de cuantas páginas..."La Buena Tierra",de Pearl S.Buck.  A escondidas,de noche y a la luz de una vela. La mitad de las palabras no las entendía pero,sin darme cuenta,empecé a aprender lo que significaba "contexto".Ya mayor lo volví a leer...después de haber leído el resto del trabajo de esta autora y premio Nobel norteamericana.
   Y empecé a crecer.
   La obligación de leer El Quijote para un trabajo del Instituto,en principio me parecía una verdadera mala suerte el que " me tocara a mi,precisamente"...hasta que mi mente empezó a correr más que mi vista, sumergida en una serie de aventuras cuya narrativa me transportaba a un mundo distinto que,a partir de ahí,me hizo ver la vida desde otro prisma.
   Me enamoré perdidamente y para siempre, de todo lo concerniente a las letras: lectura,escritura,teatro...Mucho más tarde descubrí la poesía y  el mundo completo con ella...
   Y confundí,por suerte para mi,las distintas religiones,porque las auné en mi mente y el respeto por cada una de ellas se ha ido consolidando a lo largo de mi vida.Muchas cosas no entiendo ni comparto,pero algunas forman un  nexo común: la fe,el respeto,el amor...
   A Herman Hesse, Cervantes,Quevedo,Naguib Naafuz,Marx,García Lorca,Miguel Hernández,Torcuato Luca de Tena,Pearl S. Buck,Tolkien,Quino,Ibáñez,Unamuno,Gabriela Mistral,Benito Pérez Galdós...y muchos y muchas más, toda mi admiración y respeto.

   Supongo que este texto es una forma más de expresar todo aquello que ha formado parte de mi vida y que la ha conformado en una tercera parte de mi existencia.Otra tercera parte es la música;el resto, por encima de todo,mi familia.
   Y comparto.