Poco a poco se van borrando las sensaciones apasionadas de la juventud.Tan hermosas y excitantes como placenteras.Ahora,la sensación de vacío también es excitante,aunque de otra forma. Es más vacío.Hay un cansancio que pesa.Cansa y pesa.Físicamente cansa y emocionalmente pesa.Día y noche te vas entreteniendo en cosas que antes eran tediosas.Ahora también lo son,pero te entretienen.Hay momentos en que ves pasar el día ante los ojos de manera lenta y repetitiva y te da lo mismo.Cuando,de repente,la observación se convierte en análisis y te das cuenta de lo rutinario de tu día y de todos tus días,la mente arrastra a tu cuerpo por ese vacío interior y ambos comienzan un descenso vertiginoso, imparable...Pero se paran.Parece que no,pero se detienen juntos y juntos vuelven a observar. Y vuelve a pasar el día y te asomas al atardecer que va dando paso a otra noche...que esperas ansiosa para dormir.Para olvidar.