Los ojos cerrados le pesaban demasiado,pero sabía que abrirlos sería peor.No quería.Tenía miedo de que su mirada volviera a posarse en la que, sonriente,le observaría a su vez desde la foto que descansaba en la mesilla de noche,enmarcada por una romántica cinta de color malva...
¡ Rómpela ! ¡ Tírala !
Sin mirar, alarga la mano. Sigue sin abrir los ojos. Es fácil...Solo que no puede hacerlo.Sin darse cuenta, guiado por la horrible sensación dolorosa que le retuerce algo por dentro,comienza a acariciar primero el borde.Más adentro, el frío cristal,deteniéndose donde supone que está su boca...Esa boca que tantas veces le hablaba de sus indecisiones. La misma que luego le prometía tantas y tantas futuras vivencias maravillosas. La misma que emitía el sonido de los cascabeles más escandalosos y más alegres...
Sigue su mano subiendo, deteniéndose en su pelo. En sus ojos, que acaricia sin mirar. Intentar hacerlo sería reconocer su ausencia... y a la vez su culpa.
¿Por qué dejó que se marchara? ¿Que importaban sus silencios? ¿Qué riesgo corría callando?
Ahora ya no podía hacer nada.¡Nada!
No podrá destruir la foto.Aunque lo hiciera,sabe que en un rincón preferente de su alma estará su imagen y que surgirá para recordar su infantil actuación.¡Su maldito orgullo siempre haciendo de las suyas!
Entonces comenzó un proceso extraño. Sintió una fuerza subir desde los abismos más ignotos de su cuerpo que, deteniéndose en sus manos,descargaban todo su peso en el cristal...incontrolable...destructor...No se podía detener y apagar el fuego que le abrasaba por dentro...La fuerza hacía su papel de forma ciega y firme...Le ahogaba al mismo tiempo que se dejaba llevar por esa marea de incomprensible dualidad: miedo de que no parara y deseo de que siguiera...Una oscuridad se acercaba y cercaba su mente...Unas punzadas de dolor infinitas como comparsas brillantes en esa noche suya,solo él...solo él...solo...s...
...Abrió por fin los ojos y,directamente miró la foto,con determinación...Solo que no vio unos ojos preciosos,ni una boca deseable,ni una melena...
Sus manos estaban blancas,blancas...Apenas si veía algún dedo asomar tímidamente para hacerse notar...Oyó un suspiro,levantó la vista y, frente a él, los ojos de su vecino devolviendo una mirada donde se mezclaban el susto,la pena,la rabia,la esperanza...
Volvió a mirar sus manos y se sintió bien...La oscuridad había dado paso a un amanecer soleado.
- Chillabas y,como no abrías la puerta llamé al portero...Estabas sangrando...El cuadro está destrozado, la foto inservible...¡lo siento!
- No...No lo sientas.Ahora todo está en orden.¡Gracias!...Ahora todo comienza...