miércoles, 25 de marzo de 2015
viernes, 20 de marzo de 2015
Seguir adelante
!Otro sábado más¡ Con la mirada entre perdida y expectante,Rosa observaba la puerta. Allí estaban de nuevo.Esperando que abriera y saludara alegre, como si nada...Sí.Eran sus amigos. La querían y deseaban hacerle olvidar...o que todo siguiera igual. Lo uno y lo otro era imposible.
El sonido estridente del portero electrónico la hace parpadear y volverse a la realidad.Da unos pasos lentos hacia el dichoso aparato y, agarrando temblorosa el interfono,sacando fuerzas de no sabe dónde,dice: " Hola.Ya bajo"
Se vuelve a coger el bolso y la chaqueta. Entre el frío que hace y el que ella lleva dentro...Al inclinarse no puede ( ni quiere ) evitar echar una ojeada a la foto enmarcada como un cuadro que está ocupando la pared principal de la sala.Una pareja sobre un suelo de baldosas relucientes está bailando. Se miran.Unas miradas que destilan cariño, complicidad, armonía.
" Mira que nos costó trabajo decidirnos Jose, ¿te acuerdas? Yo te insistía,tú no querías...Lo insinuabas tú, yo dudaba...Hasta que al fin, un día, subimos las elegantes escaleras del Gabinete, nos acercamos como dos críos, nerviosos y algo asustados por tal atrevimiento (¡ a nuestra edad, por Dios!)
Pedimos los formularios, pusimos nuestros datos personales y, cogidos de la mano entramos en el salón...¿verdad que te acuerdas? ¡Nuestra primera clase de baile!¡Cómo nos reímos!¡No sabíamos hacer nada!
Volvimos. Primero una vez por semana. Luego dos. Luego fue una necesidad con la que disfrutábamos y solo vivíamos para nosotros ese momento único. Ese momento que nos unía cada día más y más...
Volvimos hasta cuando tú convalecías de tu enfermedad y yo bregaba con mi angustia.
Volvimos y bailamos. En cada giro, un girón interior. Un desgarro en el alma. A la vez, un pensar y sentir que la esperanza aparecía en cada paso del un-dos-tres,un-dos-tres del vals...O de las cadencias sinuosas de un tango...o de la alegría contagiosa del cha-cha-chá...
Me están esperando, Jose. Nuestros compañeros están esperando...Vamos a bailar...Al Gabinete...A nuestro salón...
Tú me lo pediste cuando la música dejaba de sonar para los dos.Me hiciste prometer que seguiría...aun sin ti...¡Qué trabajo me cuesta,cariño! ¡Y qué bien lo hiciste escudándote en la presencia de tus hijos y estos amigos! Como no me pude negar antes,no me puedo negar ahora...Me esperan. Se turnan ellos dos para ser mis parejas,mientras sus mujeres aguardan a que se termine la pieza.Yo me dejo llevar. No sé hasta cuándo. Me resulta duro bailar sin ti. Me resulta incómodo ocupar a esta gente...¡pero no el agradecerles su compañía!.
Hoy,como otras veces,volveré a sentir un vacío y un recuerdo dulce y amargo a la vez en cada giro,en cada paso,en cada lágrima que brote cuando observe tu mirada en mi mirada y..."
¡El portero de nuevo! Rosa agarra el bolso,la chaqueta (¡qué frío hace,por Dios!) Abre la puerta,sonríe y camina con la mirada al frente;el corazón en la boca. Se disculpa ante esas personas que ella sabe que la quieren y caminan juntos.Los seis. Jose también va con ellos.Con ella.Siempre bailará con ella.
In memoriam
El sonido estridente del portero electrónico la hace parpadear y volverse a la realidad.Da unos pasos lentos hacia el dichoso aparato y, agarrando temblorosa el interfono,sacando fuerzas de no sabe dónde,dice: " Hola.Ya bajo"
Se vuelve a coger el bolso y la chaqueta. Entre el frío que hace y el que ella lleva dentro...Al inclinarse no puede ( ni quiere ) evitar echar una ojeada a la foto enmarcada como un cuadro que está ocupando la pared principal de la sala.Una pareja sobre un suelo de baldosas relucientes está bailando. Se miran.Unas miradas que destilan cariño, complicidad, armonía.
" Mira que nos costó trabajo decidirnos Jose, ¿te acuerdas? Yo te insistía,tú no querías...Lo insinuabas tú, yo dudaba...Hasta que al fin, un día, subimos las elegantes escaleras del Gabinete, nos acercamos como dos críos, nerviosos y algo asustados por tal atrevimiento (¡ a nuestra edad, por Dios!)
Pedimos los formularios, pusimos nuestros datos personales y, cogidos de la mano entramos en el salón...¿verdad que te acuerdas? ¡Nuestra primera clase de baile!¡Cómo nos reímos!¡No sabíamos hacer nada!
Volvimos. Primero una vez por semana. Luego dos. Luego fue una necesidad con la que disfrutábamos y solo vivíamos para nosotros ese momento único. Ese momento que nos unía cada día más y más...
Volvimos hasta cuando tú convalecías de tu enfermedad y yo bregaba con mi angustia.
Volvimos y bailamos. En cada giro, un girón interior. Un desgarro en el alma. A la vez, un pensar y sentir que la esperanza aparecía en cada paso del un-dos-tres,un-dos-tres del vals...O de las cadencias sinuosas de un tango...o de la alegría contagiosa del cha-cha-chá...
Me están esperando, Jose. Nuestros compañeros están esperando...Vamos a bailar...Al Gabinete...A nuestro salón...
Tú me lo pediste cuando la música dejaba de sonar para los dos.Me hiciste prometer que seguiría...aun sin ti...¡Qué trabajo me cuesta,cariño! ¡Y qué bien lo hiciste escudándote en la presencia de tus hijos y estos amigos! Como no me pude negar antes,no me puedo negar ahora...Me esperan. Se turnan ellos dos para ser mis parejas,mientras sus mujeres aguardan a que se termine la pieza.Yo me dejo llevar. No sé hasta cuándo. Me resulta duro bailar sin ti. Me resulta incómodo ocupar a esta gente...¡pero no el agradecerles su compañía!.
Hoy,como otras veces,volveré a sentir un vacío y un recuerdo dulce y amargo a la vez en cada giro,en cada paso,en cada lágrima que brote cuando observe tu mirada en mi mirada y..."
¡El portero de nuevo! Rosa agarra el bolso,la chaqueta (¡qué frío hace,por Dios!) Abre la puerta,sonríe y camina con la mirada al frente;el corazón en la boca. Se disculpa ante esas personas que ella sabe que la quieren y caminan juntos.Los seis. Jose también va con ellos.Con ella.Siempre bailará con ella.
In memoriam
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