Cada nuevo amanecer se encarga de que mis sueños despeguen de forma escalonada hacia los confines de la noche pasada sin esperar al sonido de la alarma del dichoso despertador...Hace tiempo que no suena, no le dejo. A veces espero a que lo haga solo por el placer de oír la musiquilla nueva, relajante pero tan repetitiva que obliga a moverte para pararla.Pues eso. Abro los ojos y, lo primero que me viene a la mente es " ¿ por qué estoy despierta? Aun no es la hora..." Y espero y me desespero sintiéndome agredida en mi derecho al descanso programado y necesario, según yo...pero debe haber algo en mi interior que se cree con el poder de decidir otra cosa. Ya puestos, hasta me está gustando la situación. Abro y cierro los ojos. Observo la ventana, a veces con las cortinas echadas, otras sin ellas. Es así como más me gusta. Si aun hay estrellas, las sigo con la mirada tratando de contarlas, con lo cual, indefectiblemente me vienen recuerdos de mi infancia: mis padres, hermanos,...Cuando no las hay, me sumerjo en las sombras de la noche caminando hacia la luz, enredadas en los tímidos naranjas, grises, azules, etc., de un sol que se está haciendo un hueco firme, tenaz y poderoso. Ellas hacen que mi mente añore aquellos días en que madrugábamos para ir a pasar el día en la playa, por ejemplo. O las excursiones desde el alba a la finca de los tíos. O, simplemente, para salir antes al colegio ( más para ver a las amigas que por el deseo de aprender).
El mayor placer, de todas formas, sigue siendo el despertar con la luz de una luna grande, plena, acariciando mi rostro. A veces hasta siento que ha sido ella la que ha suspendido mi sueño y veo cómo me guiña un ojo y sonríe, pícara y juguetona. Es entonces cuando mi mente se desborda como un manantial caudaloso que luego transcurre sereno y firme, eligiendo y sorteando los obstáculos hasta llegar al delta. Es en ese pequeño espacio de mi tiempo en que éste es verdaderamente mío. Lo es, porque en él almaceno todo lo que me importa. Y todo lo que me importa sigue siendo " los y lo" que me rodea y el deseo de que cada nuevo amanecer siga cumpliendo su cometido: seguir amaneciendo.